viernes, 28 de mayo de 2010

Monjas-bailarinas-asesinas.

Nena, en las noches que no me sale una puta letra quisiera tenerte cerca para recordar lo distante que estás siempre y lo miserable que soy. Lo que me encierro y lo que me hace falta. Las lágrimas son saladas para que no duela. Porque tú eres salada y tu sexo huele a mar. Puedo cerrar los ojos y sentirte tirada en un colchonsito viejo, mirando un techo-cielo-infierno. Esta ciudad está en silencio, las calles son apacibles, y ladrones hacen el amor mientras esperan a alguna víctima sonriente. Mañana el ultrajado dirá que por qué a él. Escucho una guitarra que parece estallarse contra el cielo y crear una atmósfera de monjas-bailarinas-asesinas.

Caminamos sobre un mundo atroz y pisoteamos las cabezas de desamparados. Esto es “ciudad pecado” y tú la que debes ser para atormentarme. La noche es fría y las personas se encierran y se aprietan en incomprensiones. En labios simples. En miradas ciegas. Tengo la simple sensación de verlo todo a dos colores. Te puedo imaginar venir hacia mí. La mitad de tu silueta envuelta en la sombra. Tu rostro oculto. Todo a blanco y negro. Solo tus labios se ven rojos. Extiendes tus manos y allí te desvaneces al tiempo que me gritas una grosería.

Estoy delirando y siento que puedo tocarte. El señor Mason me ayuda, dice en tono contundente "One of these days, I'm going to cut you into little pieces". Querida mía, recuerda que la guerra es un instrumento necesario para hacer canciones y otorgar el Nobel de paz a mediocres o a hipócritas.

Mediocre: Dícese del que mutila, lanza (o manda lanzar) napalm y en la noche lee cuentos de Bukowsky a su suegra para que ésta duerma tranquila.

Hipócrita: El que prende con napalm a su suegra y dice que no sabe qué pasó, o cómo ocurrió. Él estaba ahí y ella solo ardió, así, solita -dirá a los bomberos o a los policías-.