martes, 9 de febrero de 2010

Dulce mona lisa

Me recuerdo de pie frente al espejo, me examino y me encuentro con ojeras. En la esquina superior derecha del espejo está una fotografía de papá, recostado a una silla de madera, tiene la mano levantada, se ríe y brinda con una cerveza. La silla parece un caballo, ahí estaban de fiesta, al fondo está un hombre casi dormido y casi borracho, no sé porqué ahora miro la foto, porqué reparo en ella, porqué me encuentro a mí en esa foto. Mis faltas, mis locuras, mis tonterías, mis tristezas. Vuelvo a mirarme, llevo el pelo más corto, no me gusta como se ve, levanto una ceja y cierro los ojos.

Nena, no pretendas que te ame como se suele amar, ese amor es vago, frío y propio de seres inferiores. Nena, puedo amarte como es necesario que se te ame. Puedo darte un amor impersonal y sin ataduras a tus uñas. No pretendas escucharme a las dos de la mañana o que te cante vallenatos. El amor, nena, es un acto creativo, es más que tú y que yo. El amor no es la felicidad, ni pretende serlo. Tú no buscas esa retorcida felicidad que sabe a torta de matrimonio y huele a pañales sucios.





A veces tu olor es el del café por la mañana, a las indecisiones de tomarlo o pensar en la gastritis. Pienso en el amor mal recibido que atrapas, en los seres que se ahogan en ti, en quienes te recorren, te pisan y caminan tus playas pero siempre andan perdidos. Dulce mona lisa, somos los seres típicos que tomamos cerveza y que escuchamos Bob Dylan.


how does it feel/ to be on your own/ with no direction home/ like a complete unknown/ like a rolling stone? (B.D.)

Puedo aburrirte y tenerte quieta, pero compréndeme, no ese aburrimiento obtuso, es la misma forma del amor, el que pocos entienden. Puedo hacerte reír como warhol a Marilyn, puedo pintarte a rojo y amarillo, puedo saber de la existencia de tus formas sin que llegues a enterarte. Puedo olerte y decirte barbaridades al oído, lo que sé quieres escuchar, el rumor quieto de las cosas, del aburrimiento y las penetraciones. No creas en hadas mágicas, y si decides creer, entiende que ella no sabe lo que tú sobre el amor. A ellas les falta embriagarse, les falta crecer, les falta dejar de llamarse Wendy, les falta cada Peter para sus sueños atragantados de humedad.

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