domingo, 12 de abril de 2009

A la busca de Liliput - Parte II (Mentiras)

La muerte, la poesía y el amor, si qué todo es lo mismo. Apenas has empezado a caminar y ya te sientes frustrado. Frustración, pero ¿cómo? el día es magnifico, uno de esos donde el sol curte la piel, a las mujeres de las máscaras les gusta caminar y tú sueles hacer nada. Camina junto a todos, todas. Ve y corre como un galgo florido, en los caminos los lobos se esconden a esperar caperuzas, así qué ellos no te harán nada, salúdalos, recuerda qué quizás tengan razones para esperarlas, un noviazgo o un embarazo no deseado (ya sabes, cosas como esas qué siempre pasan entre lobos y caperuzas), Así qué no hay de qué preocuparse. Hablas con todos por esos caminos de hojas de olvido, el tronar de todas tan secas y podridas suele afectar las conversaciones pero, tienen trucos para decirte cuando las mentiras están traslapadas en arequipes y cervezas.



¿Cuantas de estas mentiras has escuchado en este viaje? ¿en este corto viaje? Tantas, si, tantas. El hombre crea la palabra "verdad" para poder decir que miente con pasión, que cada mentira tiene una justa razón, que quizás con el tiempo cada mentira sea mucho más agradable que las verdades, pues, entiéndelo bien, tu ego no puede aceptar verdades, así que cantas canciones de amor para no escucharlas. Levanta la voz para que recuerdes que estás vivo. Primero siente y luego siente nuevamente, eso que se te escurre entre los sentidos es lo único cierto entre tanto market.

Liliput es un punto en tus recuerdos, el sitio del otro lado de la madriguera, el lugar de las esperanzas y quizás de las decepciones, no puedes saberlo si no caminas pequeño saltamontes. Las sonrisas son todas falacias de sueños y de realidades, son las mascaras de masacres y de helados de caramelo, el llanto es tan irreal como la risa, no se te escapa el alma por los ojos ni nada parecido mi pequeño cocodrilo astronauta. Tus pasos no son nada si tus vecinos piensan que salvarás la patria cuando tú solo quieres encontrar las ciudades perdidas. Las ciudades de ruedas mágicas no existen, así como tampoco las modelos de Web cam, son más reales Alonso Quijano y Maria Iribarne, en ocasiones ella te habla y te enseña algo de verdadero amor y él, por su parte solo ríe de ti y de él mismo.

No prestes atención a las estaciones donde los trenes acortan el camino, recuerda que no importa la llegada. Importa el camino y la llegada.