sábado, 23 de febrero de 2008

En los dos lados.

He estado un par de minutos mirando el titilar del cursor al principio de la línea, no es que no sepa que escribir (ya esa no me pasa). La cuestión es la cantidad de cosas por decir, alguien me pide que me levante, me bañe y salga a hacer las cosas que debo hacer (se que debo, una parte quiere, por otro lado una pide que escriba).
En estos días como dice “Fito” en la canción: “me ha sobrado y me ha faltado inspiración”, he escuchado música y he cantado sin parar. He visto una luna oscurecerse, he planteado cosas e derribado otras, y también, he tenido una confusión colosal.
Pregunto: ¿Qué es lo que sabes y lo que sientes?, ¿Dónde está la línea que separa las verdades de las mentiras, la realidad de lo que no lo es? He borrado un par de veces la línea que estaba en este lugar, ¿eran ellas reales? ¿Es real el que las lee? ¿Es real el que las escribe?
Digamos: ¿cuan “conectado" estás con una persona a miles de kilómetros de la que solo conoces letras como estas? ¿Podrías emocionarte con cosas tan simples como sensaciones superpuestas en una pantalla?
No me amargo con el conflicto de ideas caóticas al estilo “Matrix”: “¿quien eres?” y “¿por qué estás aquí?” No, nada de eso. Pero fíjate, ¿ves la imagen esa que está en mi perfil? O ¿con la que tú firmas tus post y comentarios? En el sentido estricto no son más que ceros y unos (0,1) muy bien acomodados. Más sin embargo ¿te alegras al ver los comentarios en tu blog? ¿Disfrutas ver subir tu contador de visitas?
Me levanté, anduve por ahí varias horas, hablé con gente que quizás no vuelva a ver jamás. Volví y seguí escribiendo.
Creo se podría concebir la idea de “cuerpo” como receptor. Fluidos van, impulsos eléctricos vienen. Cuando conoces a alguien (hablo de esta parte de la realidad en la que puedes palpar), se supone que tu misma naturaleza instintiva y dispuesta a la procreación recibe “olores”, envía los propios. Tus ojos se cruzan con los suyos y todo eso. Quien no es tu pareja será tu vecino.
Vuelvo a esta parte (donde no palpas), ¿aquí cuales son los olores? ¿Los hay? ¿Puede existir cosas tan profundas y tan sencillas como el “amor”? ¿Se colará entre puertos “USB”? ¿Cuánto ancho de banda gastará?
Llego a la parte más cruel (al menos yo lo creo así). Piensa que has experimentado eso en este lado (muchos ceros y unos se juntaron ¿verdad?) Pregunto nuevamente pero ahora con más intensidad: ¿Cuál lugar es real?
Me gusta terminar mis post con una afirmación, una respuesta, pero no sé que decir.
Quizás sea culpa de mi estrés pre-universidad el mezclar ceros y unos (0,1) en estas letras, no le presten demasiada atención.
Ah, el lunes comienzan mis clases.

viernes, 15 de febrero de 2008

San Valentín. Excusas y Disculpas.

Ayer una pareja de no se que lugar cumplían su aniversario de matrimonio numero 80. Antes, quiero mencionar que el tema para hoy era solo lo que seguía luego del punto pero los acontecimientos de anoche lo cambiaron un poco (Notorio, eh?).

San Valentín: Ustedes saben mis amigos que a mi me interesan poco o nada las fechas, fiestas y celebraciones que el mundo trae a mis ojos, más sin embargo estas siempre me atropellan. En Colombia no se celebra san Valentín con rigor, esta fecha la trasladaron hasta octubre y la llamaron “El día del amor y la amistad” (supongo que eso también hace parte de la conspiración de chocolateros y floristas por apoderarse del mundo. ja ja ja). Ayer fue un día normal (aparentemente) hasta eso de las 9:00 pm, alguien saludaba en el MSN y preguntaba como había pasado este día de san Valentín. ¿Ah, san Valentín?, Apenas comenzaba a entender. Antes de contestar pensé cositas que pasaron en el día y de las que yo no me había percatado, explico: En la radio se hablan de cosas como el aniversario que mencioné al principio, las personas saludaban con un exclamativo ¡hola, que tengas un buen día!, hasta regalo recibía y no me inmutaba. Ay ay ay.

Excusas y Disculpas: he pensado siempre en estas dos cosas como de muy mal gusto y repugnantes. Digamos: vas por la calle, ahí nada más, la brisa te da en la cara y hay un sol radiante, sin querer (queriendo) te paseas con la novio(a) de tu amigo(a), haces todo eso que no pensaste que pasaría (sabías que pasaría), tu amigo(a) te encuentra. Comienzas a sudar, nada en este mundo ni en los otros te puede salvar, “diablos, te encontró”. Lo(a) miras a los ojos. Claro, como no lo habías pensado antes, ahí están esperando a que las utilices. Vienen a tu boca las más grandes y “repugnantes” excusas: No es lo que parece, fue culpa del alcohol (Miras la mesita, solo hay tasas de café) –corriges -, digo de la cafeína.
Te han creído (eso supones), has salido avanti a la situación, pero también sabes que no te creyeron ni la primera frase que dijiste. Ahora y como si no lo hubieses hecho ya bastante mal, te disculpas: “No vuelve a pasar”, “No quise que las cosas dieran así”, “es la última vez”. ¿Y las respuestas a la disculpas? – “No te preocupes”, “No es nada”, “Todos nos equivocamos”.
“MENTIRA”. En ningún momento buscaste realmente excusarte o disculparte, simplemente buscabas “salir vivo”. La otra persona en ningún momento pensó disculparte, es solo que estamos en una sociedad donde todos disculpan. Si lo hiciera (pruébalo si quieres) no te diría cuando vuelvas a caer (porque volverás a caer, ¿verdad?) con esta van 2 o 3 yo que se.
Tengo la siguiente percepción: Las excusas y disculpas no son más que mentiras, las verdaderas, son simples explicaciones. Así sin más.

A todos los que estuvieron por ahí ayer y no les dije lo que debía (no me excuso ni me disculpo), hoy, les doy las gracias, que tengan un buen y feliz 15 de febrero. Piensen: los 15’s también son lindos, jejejejeje.
Gracias a
la señorita que se pregunta si es hedonista. Hizo un banner muy chévere para este blog. Si desean pueden colgarlo en los suyos (está debajo de la cajita).
Gracias a
Nati, siempre está ahí.

Al terminar de escribir sonaba “here whith me” de “Dido

viernes, 8 de febrero de 2008

Terminó mal, es decir terminó bien

Sí, es sencillo: “no pudo terminar peor”. Estas reflexiones mías me llevan cada vez a darme cuenta inequívocamente de lo cambiantes y contradictorios que somos. En una ocasión pasada, les dije que algo no sabía como terminaría. Pues bien, si sabía como terminaría solo que quizás no lo aceptaba.
Piensa en tus cosas, lo que tienes, lo que te rodea, tus decisiones. Muchas muchas no son lo que tú querías, estaban para tu beneficio, te salvan, pero simplemente no las quieres.
Se llegaba el momento, sabía que de sus labios saldría esa pregunta (sabía la respuesta), Yo no la daría (también eso lo sabía) ambos conocíamos la otra respuesta. Esa que nos salva, la que no nos mete en problemas, “la buena respuesta”. La pensé, la di de la forma más escueta, al menos ese merito me lo merecía, en ese momento supe no podría sobrevivir adornando cosas que no me gustaban, contesté “NO”. Se venía otra pregunta, esta no la podría contestar como la anterior. Ahora sí, un enjambre de explicaciones sin sentido (incluso para mí) se volcó sobre sus oídos. Nos decíamos por dentro: “mentiroso, lo haces sabiendo que no creen un rábano de lo que dices”. En su interior se decía (al menos lo supongo): “preguntas cosas de las que conoces las respuestas”.
Quedé tumbado en una silla (luego en mi sofá) pensando las otras posibles respuestas “las malas respuestas”, preguntándome por qué no la di, contemplando lo que hubiesen sido las consecuencias de ella. Esa respuesta (la buena) mantendría el orden cósmico (dejen que me ría: ja ja ja ja ja), más no, mi orden psíquico.
Nuevamente nos volveremos a ver, miraré sus ojos, mirará los míos, habrá una verdad muy mentirosa en mis labios, habrá unos oídos prestos a escucharla. Sabremos los dos (Ella y Yo), que no es lo que se quiere, pero si es lo bueno. Que lo que para el resto es lo mejor (quizás también para nosotros), será catástrofe en nuestro interior.
No se me culpe, no soy más que polvo, polvo sagrado quizás pero polvo al fin.

sábado, 2 de febrero de 2008

¿Libertad?

¿Se puede ser feliz? Hago esta pregunta tan común, casi infantil e ingenua porque todos la hacen y Yo pertenezco a esa masa, porque no corre nada especial por mis venas. Así está pues.
En estos días he escuchado mucho de voces en mi mente, voces que no conozco, voces pegadas a lo más profundo de mis nefastos pensamientos pero que ya me son familiares la palabra LIBERTAD. Hablo de la felicidad pues estas según imagino deben estar relacionadas por ahí en cualquier rincón del perdido mundo.
Entonces, creo, sería mejor preguntar ¿Eres libre?... mmm, me dirás, se que lo estás pensando, te dices y casi por instinto, me dices como si pudiese escucharte: - claro, aquí estoy con mis manos sobre el PC. – (Lo siento, si quieres decirlo, hazlo en la zona demarcada para comentarios).
Miremos esos grados de libertad, la que nadie osa quitarnos.
- Subes a un edificio, el tamaño no importa, estás en la azotea, te paras en una orilla, la brisa corre por todo tu cuerpo “eres libre”, lo intentas comprobar, “saltas” al vacío. Que pena, no eres tan libre. Cada segundo descenderás 9.8 metros por cada segundo que lo hagas. El resto lo imaginas.
- Lubrico, es el día en que precisamente eres tan lubrico tan lubrico (¿recuerdan el poema de Barba Jacob?) Eres Dios, al menos así te sientes, la(o) tienes en frente, te ríes de tu fortuna, fascinante. Tu cuerpo se entrelaza al suyo en una marejada de sentimientos y sensaciones. Lo has hecho, te sientes, “Eres LIBRE”. No, ¿Qué pasa? Todo pasó tan rápido, las sensaciones han caído, se han hundido, Y por el contrario te sientes preso.
- ¿tienes esposo(a)? Los policías usan cosas plateadas con ese mismo nombre.
- ¿carné de identificación?, Diablos, nos están contando, hacemos parte de las cifras.
- ¿algo te aprieta la muñeca? Tres palitos dan vueltas unos más rápidos que otros, pero si te habían dicho que el tiempo es psicológico. Te dijeron en el cole… que es una abstracción, que solo está en tu mente.
Pienso, concluyo, determino: Alguien por ahí, quizás más inteligente que Yo (Seguro que sí) dijo que el hombre (incluía a las chicas) es Dios cuando sueña, pero un esclavo cuando está despierto, cuando cuenta.
Anoche, estuve pegado viendo pelis hasta tarde, dormí poco. En la mañana un radiante sol me abrazaba y me daba pequeñas cachetadas, me despertaba. Este Post es el resultado de mis inocuas reflexiones bajo el abrigo del insomnio, (¿sabes que lo malo del insomnio, es que no llegas ha estar dormido, pero tampoco llegas ha estar despierto?), medio Post en la madrugada cuando no podía dormir, el restante luego del desayuno. Si el fulano este tenía razón he sido muy poco libre, hubo un tiempo en que solo podía dormir unas cuantas horas, pero ya pasó, creo.
¿Tienes la respuesta? Te diré lo que podría ser la mía (sin ser concluyente): La libertad, la felicidad, no son más que pequeños instantes, intervalos de pensamiento, cada quien lo asume como lo desea, con matrimonio a bordo o cayendo desde la azotea. Cuando se toma un buen libro y lo devoras o cuando bebes sorbos de agua y sientes que caen por tu garganta.
Entonces, sí, pero por momentos.
Que tengan buen día, y que al final puedan tener placenteros sueños de libertad.