viernes, 22 de marzo de 2019

Más que polvo

Llevo una camiseta azul en la que se lee Free en la parte superior. En la parte inferior está escrito otro texto que no se alcanza a ver pero que de seguro va sobre vivir la vida al máximo y nos invita a pensar que somos el centro de todo y que estamos hechos de polvo de estrellas. Al fondo, unos metros por debajo, está una calle repleta de gente indiferente que va de un lado a otro con la vista fija en quién sabe qué, y de muchas putas venidas de todos los rincones del mundo para ofrecer sus sexos a turistas y a desesperados. En la ciudad debe haber alguna celebración importante porque no muy lejos se nota el brillo del estallido de fuegos artificiales y se siente, apenas un poco, la onda que hace vibrar la mesa. Presionas el botón de la cámara y ahora me convierto en recuerdo, en lo que veré, verás, y tiempo después no sabremos de qué iba esta conversación ni la razón por la que en esa fotografía me veo enarcando un poco los labios como si se me hiciera difícil sonreír o a punto de decir algo más o menos trascendental. Del otro lado estás tú, nena, observas al yo de la pantalla y pareces satisfecha, tomas un trago de tu cerveza al tiempo que una anciana nos interrumpe, nos ofrece una caja de chicles pero la despides sin contemplación. Estamos en un lugar en el que no deben estar ni ancianos ni niños ni gente con muchas esperanzas aunque sí hay parejas en la pista de baile y parecen felices, créeme que lo parecen. Bajamos a la calle y la brisa nos da de frente. Caminamos de regreso a nuestro cuartucho de hotel y al adentrarnos en las calles nos hacemos parte del caldo de la noche. Una puta nos sonríe y pasa de largo, se imagina, me imagino, a ella misma en una noche de brisa fresca tomada de la mano de alguien, enamorada y sin los ajetreos de los reflectores. La calle bulle de olores y colores y no faltará mucho tiempo para que vuelvas sobre la fotografía y decidas no descartarla intentando evitar que el recuerdo se haga más recuerdo y tiempo y olvido, esperando, deseando que seamos más que polvo.

Imagen: Mad Dog Jones

11 comentarios:

  1. Hola, Miguel. Es la primera vez que llego a tu blog gracias a MeWE. Tu entrada me ha parecido más que interesante, me ha encantado la atmósfera que logras con la voz narradora y los vaivenes de la concomitancia entre el polvo, el tiempo y el olvido. Felicitaciones por el relato.
    Ariel

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    1. Gracias Ariel por pasar y dejar tu comentario. Y sí, MeWe se ha convertido en el nuevo refugio luego del anuncio de la caída de G+.
      Nos seguimos leyendo.

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  2. Que maravilloso es tu text ¿ que más puedo decirte? que te admiro

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Querida, la admiración es mutua. Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo. Saludos

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  3. Logras crear un ambiente que hace que el lector (al menos así fue conmigo) piense en su propia ciudad de origen, lo que es muy bueno.
    Saludos, Miguel!

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    1. Me alegra que hayas tenido esa sensación con la lectura. Gracias por pasarte y dejar tu comentario. Saludos.

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  4. ¡Hola!

    Me ha gustado mucho, así que tan solo puedo felicitarte. Preciosa la imagen también.

    Un abrazo

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    1. Juan, gracias por pasar y dejar tu mensaje.
      Nos seguimos leyendo.
      Un abrazo.

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